maltrip
Ayer fue el primer día de mi vida en el que probé la mota bien. Y me fue tranquilo: risas, relajación y una somnolencia riquísima, pero el malviaje me vino un día después.
Y no quiero dar detalles, pero surgió de varios eventos paralelos que tienen relación con muchas personas.
Por una parte, mi ex me avisa el viernes con la más infinita sinverguenza que viene a Monterrey a grabar unos programas, y menciono sinverguenzada por que no es como si hubiéramos terminado de los mejores amigos, y después de mis intentos fallidos por acercarme a él en tono amistoso y que me mandara a la verga o se hiciera el interesante en el DF (y a cuyos arranques no les presté atención para no darle importancia), ahora llega él -es más, ni llegando, sino avisando 3 días antes- que se quedaba en Monterrey por una semana, que a ver si salíamos. Pues obviamente, me agarró entre dormida y despierta y la neta no soy grosera, así que se me salió un cortés "sí". Pero luego, dándole vueltas a la idea en mi cabeza -cosa que estoy 100% segura que el dio también- me entra el sentimiento de que se vaya a la verga por buscarme a mí, creyendo que voy a estar disponible para él como lo estaba antes, como si el sólo tuviera que gritar rana para que yo brincara. Me emputa muchísimo, y lo más es que pensé en verlo y estuve dándole vueltas en mi cabeza a si le decía a Beto o no, pero creo que eso, entre mil cosas más, no debería ni mencionárselo. Y la neta, ya tomé la decisión de no ver a este guey, muy necesitado de gente para salir, que le hable a Isabel o a alguna otra de sus amiguitas aquí en Monterrey. Me emputa que crea que voy a ir corriendo a su llamado. Me voy a hacer la loca.
También, entre pachequeando y no, exactamente no recuerdo, pero si me acuerdo haber oído de labios de Beto la pregunta "qué quieres de esta relación?" y puta, pues jamàs me la había hecho, pero creo que sé la respuesta. Quiero algo más, pero sé que no me lo puede dar. Todavía no está listo y la neta, a estas alturas, no sé si lo estará. Me caga estar teniendo que luchar con un fantasma del cual no sé ni su nombre, pero sé que está presente. Me caga sentirme insuficiente para él. Y me gustaría mucho, de todo corazón, que así como tiene los huevos para decirme todas las cosas sexuales que le gustaría hacerme, que tuviera los huevos para decirme todos los días lo que él quiere de mí. Yo jamás me había hecho esa pregunta, pero él no me la ha respondido tampoco.
No quiero creer que esto está llegando a su fin, pero tengo varios días pensando "creo que ya se terminó". ¿será? ¿o sólo soy yo saboteándome otra vez?
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