Qué bueno.
El que entraras a mi vida tenía una finalidad, como la de todos quienes han entrado.
La tuya fue el sacarme de mis casillas, el hacerme enojar, el fascinarme con tu actitud de gran señor, gran manipulador, gran convencedor, el dejarme marcas moradas en mi cuello y en mi pecho, el hacerme enojar con tus comentarios que lo único que me producían era la certeza de que me caías mal.
Te experimenté y me gustaste, pero luego me di cuenta de lo falso y lo poco que vales como persona. Qué bueno que te di la oportunidad, y te vi y nos vimos y estuvimos. De no haber sido por esa última vez, me seguirías fascinando, me seguirías encantando al modo de querer verte y sentir que te necesitaba. Cuando, ¿la verdad? Me di cuenta que sin tí estoy muchísimo mejor, pero eso lo tenía que aprender después de haber estado contigo.
La puerta te la dejo abierta, pero no te voy a invitar a pasar.
2 Comments:
Bien, ya entré.
¿Ahora qué?
Me pediste en el Hi5. Excelente motivo para buscarte. Creo que vas bien. Checa mi blog, déjame un comment.
Besos,
Óscar David.
cierre esa puerta, y a la chingada todo.
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